En el conjunto del complejo residencial, la Casa Club se erige en elemento focal, asumiendo conscientemente la mayor carga formal y expresiva del proyecto.

Con la piscina a sus pies, el gimnasio en primera planta y la azotea habilitada para la práctica del yoga, la Casa Club se inserta en el terreno facilitando su accesibilidad y manifestando desde el primer su carácter de encuentro y reunión, sin renunciar en ningún momento a la elegancia y la simplicidad de líneas.

Este volumen de dos plantas se define por sus forjados de hormigón visto, que se materializan en amplias plataformas horizontales para las distintas actividades y acaban proyectándose en rotundos voladizos que aportan sombra y amplias zonas exteriores.

Una pequeña cascada artificial que parte del primer piso refuerza el ambiente recreativo de la propuesta y contribuye a regular la temperatura. En la azotea un sistema de lamas de madera sobre pérgolas de acero aporta calidez al conjunto sin restar carácter al hormigón.